La naturaleza desafiante de la cirugía mamaria es especialmente evidente en las personas que han nacido con anomalías en el desarrollo de uno o ambos senos.
Aunque estos procedimientos correctivos suponen un reto, los resultados pueden ser gratificantes tanto física como emocionalmente.
Esta mujer de 32 años se sometió a un aumento del tamaño de mamas utilizando mamas llenas de solución salina, infladas a un volumen de 195 cc y colocados parcialmente debajo del músculo pectoral.
La paciente tiene un pectus excavatum leve, una condición en la que el esternón de una persona está hundido en el pecho. También tiene tendencia a permanecer en una posición ligeramente cifótica, lo que significa que la parte superior de su espalda está redondeada y su cabeza está relativamente hacia adelante.
Obtener un resultado de apariencia natural en un paciente que tiene pectus excavatum y anomalías posturales, como las que tiene esta persona, puede ser un desafío, pero ciertamente es posible.
En este caso, los implantes se insertaron a través de una incisión de 3 cm en el borde inferior de la areola, que es la piel más oscura que rodea el pezón. Estas incisiones suelen sanar bastante bien y pueden ser difíciles de ver.
Este caso representa a una mujer de 24 años con una deformidad mamaria tuberosa que se sometió a un aumento mamario con implantes salinos redondos y lisos de 330 cc colocados debajo de los músculos pectorales mediante un abordaje periareolar.
Sus areolas se redujeron simultáneamente, requiriendo una incisión completamente alrededor del perímetro de la areola. Las fotografías postoperatorias muestran su apariencia dos semanas después de la cirugía.