Conocida técnicamente como braquioplastia, la intervención se lleva a cabo cuando la liposucción por sí sola es insuficiente para tratar el problema del exceso de tejido insatisfactorio en la parte superior del brazo. Esto se encuentra comúnmente (y se denomina de forma poco amable "alas de murciélago") en la persona que envejece, más a menudo mujeres, y en personas que han perdido peso ya sea mediante dietas o cirugía bariátrica. Una mayor reducción de peso podría reducir el volumen de grasa de los tejidos posteriores dependientes de la parte superior del brazo, pero no eliminará la piel suelta en sí, que sigue colgando cuando se levanta el brazo.
El tratamiento quirúrgico tiene por objeto reducir el tejido adiposo. Cuando éste es leve puede ser posible realizar una incisión transversal o elíptica en la axila y, tras una liposucción, estirar la piel posterior del brazo, extirpar la redundancia y suturar. Esto sólo será posible para cantidades menores de piel redundante.
Cuando es necesario eliminar una mayor cantidad de piel, esto puede ir precedido de una liposucción del brazo, eliminando el exceso de grasa y posiblemente también yendo a la región axilar posterior donde es probable que la grasa se haya extendido. Se hace una incisión larga casi desde el codo hasta la axila (a veces, si la cantidad de tejido lo dicta, la incisión se lleva al pecho), manteniéndola lo más medial posible para que la cicatriz posterior solo sea visible cuando se levanta el brazo. Se extirpa una larga elipse de piel y se sutura la herida. Los apósitos postoperatorios se aplicarán con una ligera compresión de la herida pero no tan firme como para interferir con el retorno venoso.