La reducción mamaria también se denomina mamoplastia de reducción. Los pechos demasiado grandes se han descrito apropiadamente como una "aflicción". Se han derivado términos que van desde la macromastia a la gigantomastia, que pueden no ser etimológicamente correctos pero que sin duda evocan imágenes.
Entre las razones para desear la reducción se incluyen:
- Estéticas y psicológicas, por ejemplo, asimetría, imposibilidad de llevar la ropa deseada, imagen personal y autoestima.
- Debido a que el peso de los senos tira de los tirantes del sujetador hacia los hombros, provocando cambios posturales y dolor de espalda, reduciendo el placer en las actividades físicas, interfiriendo con la respiración.
- Higiene: a pesar de todos los esfuerzos por controlar la humedad, la piel de debajo del pecho se inflama e infecta de forma crónica (intertrigo).
La técnica quirúrgica de reducción dependerá de la situación, la cantidad de reducción necesaria, la preferencia de la paciente y las decisiones del cirujano. En la medida de lo posible, dondequiera que se coloque la incisión, los pezones y las areolas se dejarán unidos al tejido mamario en funcionamiento, conservando así la sensibilidad normal y la posibilidad de amamantar.
Hay una variedad de incisiones empleadas en una mamoplastia de reducción y suelen ser las mismas que las utilizadas en un levantamiento de mamas:
- Incisión de anclaje: alrededor de la areola, verticalmente hasta el surco submamario y, a continuación, transversalmente bajo la mama dentro del surco.
- Incisión en piruleta: alrededor de la areola y verticalmente por el centro del pecho.
- Incisión horizontal: a lo largo de la línea inframamaria.
Una vez conseguido el acceso a la mama, es cuestión de criterio experto determinar la cantidad de tejido que debe extirparse, pero dejando al mismo tiempo intacto el complejo areola-pezón (NAC), aunque probablemente en la reconstrucción de la mama se colocará más arriba de su estado preoperatorio.
La técnica del injerto libre de pezón potencialmente permite un fácil acceso a una mayor cantidad de tejido mamario, pero incluso si el injerto sobrevive (lo cual puede que no suceda), ha perdido sensibilidad y función.
La liposucción es adecuada cuando la mama es grasa y no es necesario extirpar mucha cantidad, y aunque las incisiones son pequeñas, también lo es la cantidad de sustancia extirpada.